miércoles, 25 de enero de 2012

Alemania Año Cero de Roberto Rossellini



La película desentraña los aspectos más realistas del período de postguerra tras la fatídica Segunda Guerra Mundial, asimismo, el marco geográfico en el que se desenvuelve la trama; Berlín, Alemania, nos dice mucho sobre lo que el director de este film pretende transmitir. Se trata de una película que refleja la realidad del momento en el que el pueblo alemán se ve sometido a la derrota de una guerra que ha supuesto la vida de millones de inocentes, además de las pérdidas materiales que bien se manifiesta con la destrucción de las innumerables infraestructuras.
El film cuenta la supervivencia a la que se ve sometida el pueblo germano centrándose en la vida de un joven muchacho que a duras penas y a su temprana edad deberá sacar adelante a su desdichada familia. Para ello, este muchacho cuyo nombre es Edmund, se ve obligado a realizar mil peripecias con el único fin de llevar algo de comida a la casa hasta llegar al extremo de robar o realizar ventas de estraperlo convirtiéndose en una víctima más de esta dantesca guerra. Por otra parte, la película destaca aspectos de la vida cotidiana tras la guerra que nos podrían resultar crueles en la actualidad, esto se aprecia en momentos concretos como cuando el muchacho es aconsejado por un antiguo profesor de que la vida de su padre es inútil suponiendo una carga para toda su familia y para aquellos que los rodea, llegando a menospreciar la vida humana. Asimismo, la fatalidad con la que es tratado el enfermizo padre del muchacho por las otras familias con las que conviven en la casa, resulta sádica e inhumana.
De este modo, la trama evoluciona de manera que el personaje principal, Edmund, se ve envuelto en una serie de acontecimientos escabrosos que le llegan a suponer su propia vida. Este hecho podría interpretarse como una consecuencia más de la capacidad de destrucción hasta ese entonces desconocida por el hombre, cuyo mayor paradigma lo encontramos en los fríos campos de concentración que se encuentran extendidos por buena parte de  Europa. El realismo de esta película además de su increíble dramatismo nos puede llegar a parecer, que más que un film podría tratarse de un documental, ya que su director cuidó minuciosamente los aspectos más cotidianos demostrándonos la realidad del momento sin ningún tipo de censura. Esta obra maestra del cine en blanco y negro, podría tratarse de un documento visual de la época que serviría para generaciones posteriores para informar de la veracidad de los acontecimientos a los que cualquier civilización podría verse envuelta tras una Guerra como la acontecida entre los años de 1939 y 1945.

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